TELETRABAJO ¿Estamos preparados en Centroamérica?

¿Le gustaría trabajar desde su casa o cualquier otro sitio? ¿Cree tener la disciplina y autocontrol necesario para llevarlo a cabo? Si aún no ha visto implementar este modelo laboral en su entorno, probablemente desconozca los beneficios y retos que presenta.  Muchos interrogantes, prejuicios y mitos surgen alrededor del trabajo remoto.  Acompáñeme a explorar este tema. De seguro despejamos algunas de sus dudas y surgirán otras preguntas que compartir.

Según la OIT (Organización Internacional del Trabajo) se define al teletrabajo como: Una jornada de trabajo en la cual:

  1. El mismo (trabajo) se realiza en una ubicación alejada de una oficina central o instalaciones de producción, separando así al trabajador del contacto personal con colegas de trabajo que estén en la oficina.
  2. La nueva tecnología hace posible esta separación facilitando la comunicación.

De acuerdo con su legislación cada país adopta y adapta el concepto, pero en general se define el teletrabajo bajo el mismo paraguas: “Ejercicio laboral remoto donde las tecnologías de la información y dispositivos tecnológicos tienen un papel crítico”.  Existen bloques de países que han avanzado muchísimo en el tema, propiciando cada vez más la adhesión de empleadores y empleados al esquema. Lastimosamente no es lo común en nuestro istmo centroamericano, donde empresas multinacionales lo utilizan con limitantes y variantes según países y la gran mayoría de las empresas locales aún son reticentes con respecto a su implementación.

Conozcamos las características del Trabajo remoto

  • Horarios flexibles conforme a las necesidades, objetivos del puesto y resultados esperados.
  • Trabajo desde cualquier lugar donde haya una conexión a internet.
  • Dispositivos propiedad del trabajador (BYOD/Buying your own devices)
  • Evaluación por resultados
  • Reuniones virtuales con participaciones limitadas
  • En algunos casos trabajo en la oficina días específicos de la semana o temporadas.

¿Cuáles son los beneficios?

  • Mejora sustancial en la calidad de vida del trabajador.
  • Incentiva el trabajo en equipo.
  • Aumento de la productividad y disminución del ausentismo.
  • Reducción de costos fijos para la empresa empleadora.
  • Promueve la inclusión social.
  • Aporta al mejoramiento de la movilidad en las ciudades.
  • Reduce índices de contaminación por uso de vehículos.
  • Impulsa el uso y la apropiación de las nuevas tecnologías.
  • Descentraliza e interconecta procesos.
  • Es posible contratar talento, personal cualificado sin importar su ubicación.
  • Equilibrio entre los espacios laborales y personales de los colaboradores.
  • Ahorro en tiempos de desplazamiento entre el hogar y la oficina.
  • Ahorro en dinero (costos) de alimentación, transporte, vestido, estacionamiento y otros.
  • Posibilidad de vivir donde el trabajador desee durante temporadas del año.

Justo en este momento es cuando piensa: ¡Ese es mi trabajo ideal! Alto, no vaya tan rápido porque tiene exigencias y desventajas que debemos conocer y evaluar antes de decidirnos por el teletrabajo como la respuesta a nuestras necesidades y deseos profesionales.

  • El trabajador debe fijarse una rutina y cumplirla.
  • Se requiere disciplina y autocontrol para trabajar solo.
  • Se puede perder la noción del tiempo y trabajar jornadas extendidas sin siquiera separarse del teclado.
  • Algunos trabajadores sufren una sensación de aislamiento al no estar en la oficina.
  • Hay falta de comunicación cara a cara, carencia de la experiencia humana, irremplazable para sustentar la cultura organizacional.

A pesar de su conveniencia, en la actualidad el porcentaje de empresas que accede a ofrecer la opción de trabajo remoto como alternativa a sus empleados es mínimo. Aun cuando las TIC´s faciliten su existencia siguen las creencias y mitos como aquellos de que “desde casa el colaborador trabajará menos”, “no tiene que madrugar, por ello es poco responsable”, “es un trabajo poco formal”.

Hay aquellos que se imaginan a los trabajadores en pijamas merodeando por sus habitaciones y postergando su labor. Si en la organización la alta gerencia y recursos humanos aún conserva la mentalidad de ver físicamente al trabajador en su puesto, será muy difícil probar el teletrabajo.

En Centroamérica tenemos ejemplos que se dieron durante el año 2017 en Costa Rica donde por temas de trabajos en un puente que conecta dos ciudades con la capital el gobierno decretó en el mes de enero teletrabajo para áreas específicas del sector público e instó a la empresa privada a hacer lo propio. Igual sucedió durante el mes de octubre de ese año cuando por el paso de un huracán se pidió desde la Unión de Cámaras y Asociaciones del Sector Empresarial Privado (UCCAEP) aplicar el teletrabajo en áreas inundables, siempre que fuese posible. Estos ejemplos nos hacen pensar que la cultura de teletrabajo bien aplicada puede ayudar en momentos de crisis permitiendo la continuidad comercial.  En este mismo país empresas transnacionales de tecnología que antes tenían grandes instalaciones han reducido el tamaño de las mismas por contar con personal hasta en un 80% de sus planillas realizando trabajo remoto, aún cuando el país carece de una legislación sobre el tema.  Sabemos que existen casos en otros países de Centroamérica que vale la pena mencionar. Si conoce alguno le animamos a compartirlo en la sección de comentarios.

En nuestro caso particular, tenemos en la plantilla laboral personal que realiza trabajo remoto con evaluación de resultados y objetivos. El teletrabajo no es para todos, pero vale la pena probar en que áreas y profesiones es funcional para darle una oportunidad.

¿Qué opina? ¿Trabajaría remoto alguna vez?  Comparta este artículo con sus contactos interesados en el tema. ¡Lo agradecemos!

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