“La máxima seguridad es tu comprensión de la realidad”. H. Stanley Judd
Todos, de alguna manera, somos conscientes de las necesidades que se tienen en materia de seguridad en la red, casi siempre pensando en el ámbito corporativo. A título personal nos preocupa que una entidad bancaria no cuide nuestros datos, o nuestros activos. Nos aterra que la base de datos de las tarjetas de crédito y débito del banco, donde tenemos el dinero, sea objeto de un ciberataque o se encuentre en riesgo. Pero ¿Cuántos hemos tomado medidas para cuidar la información que utilizamos en nuestro entorno laboral? ¿Cuánta atención le prestamos a las capacitaciones sobre ciberseguridad que recibimos?
Al trabajar para las empresas, somos usuarios y custodios de datos, que pudiesen ser de gran atractivo para aquellos que se dedican a encontrar debilidades de seguridad en el entorno digital y a tomar lo que no les pertenece, sin que nos demos cuenta. Y aun cuando, siempre se menciona que el primer anillo de seguridad inicia con nosotros mismos, los hechos muestran que es precisamente, en ese primer anillo de seguridad donde existe mayor vulnerabilidad para las empresas. ¿Por qué sucede esto? ¿Cómo podemos mejorarlo?
Fabián Chiera, experto en ciberseguridad de Eleven Paths, estuvo de visita y nos compartió información valiosa sobre el tema, llevándonos a reflexionar sobre las debilidades que tenemos y debemos mejorar en materia de seguridad dentro del entorno laboral.
Más allá de las contraseñas, las políticas de uso y manejo de la información que debemos seguir por formar parte de una organización que tiene un entorno digital cada vez más grande, es necesario que recordemos que la vulnerabilidad a la que nos exponemos es un asunto de todos.
La ciberseguridad es mencionada con frecuencia en conferencias, en capacitaciones y en noticias. Durante un año fiscal promedio, al menos una o dos veces, se nos pide participar en formaciones o reuniones cuyo objetivo es alertar sobre posibles debilidades y concienciarnos al respecto.
El primer y más común, error que, usualmente cometemos, es tomar a la ligera esta información, no asistir por estar ocupados en “el negocio” o asistir y estar “mental y cognitivamente ausentes” respondiendo correos o mensajes en el móvil.
Impulsar la ciberseguridad en todos los niveles y áreas de la empresa es cada día más importante y urgente. Pareciese ser una actividad consecuente con las inversiones que en materia de tecnología se realizan cada año, pero muchas veces, se considera que es un asunto del encargado de seguridad, de los departamentos de tecnología y de aquellos que tienen cargos sensitivos como los que administran bases de datos de clientes y tienen interacción con usuarios.
Cuidar la ciberseguridad es una preocupación mundial, tanto así que en otras latitudes existen instituciones que se dedican a fomentar y promover esta práctica, Tal es el caso de Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE), entidad española que pone a disposición de todos un Manual de Concienciación sobre Ciberseguridad. Organismo creyente en que, “la ciberseguridad es cosa de todos, desde el eslabón inferior al superior, y está presente en todos los sectores,”, por esta razón, comparten buenas prácticas que podemos aplicar.
Insituto Nacional de Ciberseguridad-España
Escuchando hablar a Fabián, llamó poderosamente nuestra atención una frase que, aunque es sencilla, esconde una máxima de la gestión de la información que todos debemos convertir en un “motto” o lema de uso diario en nuestro trabajo.
“Si tienes bien en claro que lo importante son los datos, deberías proteger tus datos. Independientemente de dónde estén o en que formato estén.”
―Fabián Chiera
Es necesario que todos en la organización seamos conscientes del valor de los datos, de la responsabilidad individual que tenemos al tener acceso a ellos. La confidencialidad y las políticas de cumplimiento deben ser conocidas, promovidas y claras.
El desconocer lo que involucra una superficie de ataque― comprendida como todos aquellos puntos susceptibles de atacar ― no nos hace menos vulnerables o menos responsables, al ser víctimas de algún incidente de seguridad.
“Sólo después de que los usuarios hayan sido engañados, realmente prestarán atención a la capacitación”.
―Todd Fitzgerald
No podemos dejar el trabajo de concienciar sobre seguridad en las manos del CISO (Chief Information Security Officer), es un trabajo compartido y de cumplimiento en el que todos podemos contribuir. Situaciones tan normales como bajar información y colocarla en dispositivos externos, dejar sin supervisión nuestras computadoras portátiles en sitios públicos, conectar dispositivos con accesos a la empresa en redes públicas(que no son seguras), comentar en redes sobre nuevos proyectos o productos de la empresa, ponen en riesgo la seguridad de toda una organización, justamente por un pequeño descuido de un colaborador, que muy probablemente tiene poca comprensión del tema seguridad y sus repercusiones para el negocio o la imagen de marca de la empresa.
El ciberespacio no conoce de barreras ni fronteras, eso lo saben muy bien los que se dedican a atentar contra las empresas y organizaciones haciendo uso de las vulnerabilidades de seguridad en la red.
“Las empresas invierten millones en firewalls, cifrado y dispositivos para acceder de forma segura, y es dinero malgastado, porque ninguna de estas medidas corrige el eslabón más débil de la cadena de seguridad: la gente que usa y administra los ordenadores”.
―Kevin Mitnick
Analizar la organización para luego de su comprensión, proponer planes que se actualicen y se cumplan en temas de ciberseguridad es primordial. Desarrollar y promover altos estándares de ciberseguridad basados en prevención, seguimiento continuo y charlas de concienciación periódicas, es una parte fundamental. La otra parte se encuentra en manos de los usuarios.
Dimensionemos la responsabilidad que tenemos, recordemos cada día que la ciberseguridad empieza y termina con cada uno de nosotros. Lo que haga o deje de hacer para proteger los datos que utiliza, contribuye en gran manera a todo el esfuerzo que se hace para cuidar los activos de la organización.
Imagen: Pixabay