Humanos: mentores de máquinas-inteligencia artificial

«En la mitología griega, Méntor, hijo de Álcimo, fue un amigo de Odiseo. En la Odisea, al partir el héroe para Troya, encomendó al fiel Méntor sus intereses en Ítaca y la educación de su hijo Telémaco ».

Probablemente, en alguna ocasión nos haya correspondido ser parte de un esquema de mentoría laboral, tal vez, fungiendo de mentores o de mentorizados. Las definiciones que validan este formato de enseñanza, en diferentes disciplinas, indican que la mentoría es una relación de desarrollo personal en la cual una persona más experimentada y con mayor conocimiento ayuda a otra menos experimentada a desarrollar sus competencias, permitiéndole hacer uso de sus conocimientos, adquirir nuevos, y desarrollarse de forma progresiva.

Cuando se recibe mentoría el aprendiz o mentorizado va poco a poco, es un proceso en el que aprende a utilizar herramientas que le permiten desarrollar sus competencias, con el apoyo del mentor que no hace el trabajo por él ni le indica cual es la mejor opción, lo ayuda a encontrar sus propias soluciones.

Conocer el origen de la palabra mentor es importante porque nos hace reflexionar en el contexto y la responsabilidad adquirida. Quien decide serlo aprende a guiar y asume una empresa importante, tan especial como lo es la educación de un hijo (Telémaco), pone sus manos en el futuro de otros.

La mentoría requiere de comunicación abierta entre dos, se fundamenta en una relación que va creciendo con el tiempo. Y, que en la medida que crece, se va haciendo más libre. El mentorizado poco a poco va accediendo a su caja de herramientas personales hasta que un día deja de requerir al mentor.

Siendo que, la mentoría utiliza todas las herramientas que están a su alcance para ayudar al desarrollo de dos o más individuos, la tecnología se presenta en el campo de la mentoría a través de diferentes propuestas que sería útil considerar.

¿Puede aplicarse la mentoría a la Inteligencia Artificial?

Con temas de tecnología, las respuestas nunca son inamovibles, en la medida que se desarrollan nuevas investigaciones y soluciones todo puede cambiar.  Pensando en un futuro con un número más grande de máquinas trabajando para colaborar con humanos, pareciese lógico que corresponda la función de guiar, enseñar y procurar que los agentes artificiales logren hacer su trabajo correctamente.  ¿No vienen listas para hacer el trabajo? Es la pregunta que tal vez surgiese. Las máquinas tienen procesos de aprendizaje que se basan en grandes cantidades de datos y patrones, pero en algún momento son o serán como el novato de la empresa.

De alguna manera, nos corresponderá fungir de guías, preocuparnos porque el aprendiz no humano haga las cosas correctamente. A este nuevo esquema, ya algunos le han llamado mentoría de máquinas.

De ser cierto que tengamos este rol de mentoría a futuro, habría que pensar en la responsabilidad de índole ética, moral y productiva que tendríamos a cargo. Los gerentes y encargados de dirigir operaciones simbióticas entre humanos y agentes artificiales tendrán que repensar los sistemas de evaluaciones, los procesos y sus indicadores de desempeño, pero, sobre todo, tendrán que replantear la formación y las competencias que se requieren de los nuevos perfiles que irán surgiendo con esta dinámica de transformación de los puestos de trabajo.

Etapas del Mentoring aplicadas a la IA

EXPLORAR, EXPERIMENTAR, POTENCIAR, AMPLIAR
Utilizar el proceso de «mentoring» asegura que se transmitan los conocimientos, las buenas prácticas y se obtengan a futuro, resultados. Un mentor es capaz de localizar fortalezas, conocimientos y capacidades tanto de él como de su mentorizado para hacer el mejor uso posible de ellas. Una vez logra esto, prosigue activando la motivación y promoviendo la acción. Finalmente, facilita el desarrollo de las habilidades de la persona que tiene a su cargo.  

Si trasladamos el proceso a la gestión de mentorizar máquinas, es necesario que el mentor conozca de antemano cómo funciona la inteligencia artificial que tiene a su lado, las áreas de mejora y fortalezas de su compañero artificial. Se abren así, nuevas oportunidades de aprendizaje tanto para el mentor como para la organización que apuesta por el modelo de desarrollo conjunto a través de la mentoría.

Imaginemos su rol actual, en esta ocasión, con la llegada de un compañero “no humano” que requerirá de usted para realizar correctamente el trabajo. ¿Lo imagina? Haga el ejercicio, inferirá que será necesario aprender, observar, analizar y tomar decisiones en ese período de mutuo aprendizaje. Desde esa misma visión, podemos establecer modelos de estudio y aplicación práctica.

Trabajar con agentes inteligentes no es un tema sencillo, hay que preparar el camino y establecer claramente dónde y cómo encajan en la organización. ¿Está usted preparándose para ser mentor de una máquina? Y en caso de que la mentoría, como tal, no se ajuste a este nuevo esquema ¿ha pensado en establecer un plan personal para hacer frente a la llegada de los agentes artificiales a su lugar de trabajo?

Imágenes: Pixabay

Escrito por: Msc. Irasema Rivas-González

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