Conciencia artificial y sintiencia

“Sentir antes de comprender”

― Jean Cocteau

La conciencia se define, en términos generales, como el conocimiento que un ser tiene de sí mismo y de su entorno. También puede referirse a la moral o a la recepción normal de los estímulos del interior y el exterior por parte de un organismo. La enciclopedia en línea, Wikipedia, indica que aún existe debate sobre en qué consiste exactamente la conciencia.

¿Qué es exactamente la conciencia? Lo cierto es que los humanos tenemos eso que llamamos conciencia y que, de forma natural, a diario, se presenta en nuestras vidas en nuestras decisiones y acciones.

A diario leemos titulares que aluden a robots promoviendo la humanización de estos agentes artificiales. Encabezados que dicen que las máquinas se están volviendo más humanos. ¿Será cierto? ¿Qué nos hace humanos? ¿Qué emula la Inteligencia artificial y qué no puede emular?


¿Será posible que robots se vuelvan sensibles y por fin tengan una conciencia similar a la humana?

Para llegar a sentir en el estricto significado de la palabra tendrían que darse ciertas condiciones que por el momento no son tan sencillas aún, cuando grandes éxitos de la taquilla cinematográfica nos hayan hecho creer lo contrario.

Años de estudio en neurociencias han hecho público que percibimos nuestras sensaciones y pensamientos aparentemente como son. Es decir, sentimos como es la realidad, no como quisiéramos hacerlo. Usted siente tristeza porque así es la tristeza, alegría, etc. Ya el tema ha sido abordado y explicado de forma sencilla, inclusive, por la película animada de Pixar INTENSAMENTE, que muestra esos mecanismos , emociones y procesos internos de las emociones humanas en acción.


“Sintiencia es la capacidad de sentir, percibir o experimentar subjetivamente. Los filósofos del siglo XVIII utilizaron el concepto para distinguir la capacidad de pensar de la capacidad de sentir. En la filosofía occidental moderna, la sintiencia es la capacidad de experimentar sensaciones.” Nuevamente hicimos uso de Wikipedia para clarificar un termino poco utilizado.

El estudio de la conciencia presenta interrogantes que aún no ha sido respondidas, a pesar de la investigación e hipótesis, no se tiene un consenso. Sabemos que los pensamientos y la llamada conciencia tienen en la actividad neuronal del cerebro su eje, pero ignoramos mucho de lo que allí sucede. La actividad cerebral sigue siendo un misterio a pesar de todo lo que se ha logrado descubrir.

La conciencia y los sentimientos se establecen en un área muy delicada para las personas y las sociedades, la de sus valores y lo que llaman la moral humana, que es el conjunto de las normas que rigen la conducta de los individuos en una sociedad y determina las valoraciones que hacemos sobre los actos humanos, tanto los nuestros como los de los demás.

Investigando sobre el tema nos encontramos con la segunda edición de un libro que vale la pena reseñar y por supuesto leer, de las Series on Machine Consciousness: Volumen 2. “Consciousness and Robot Sentience”

El texto aborda la pregunta ¿De qué manera deberíamos incluir futuros robots humanoides y otros tipos de agentes artificiales en nuestro universo moral?

Considerando que la visión orgánica, que sostiene que los agentes humanoides artificiales, basados en las tecnologías computacionales actuales, no pueden considerarse agentes morales de plena sangre, ni como objetivos apropiados de interés moral intrínseco. Desde este punto de vista, los humanoides artificiales carecen de ciertas propiedades clave de los organismos biológicos, lo que les impide tener un estado moral completo.

Empatía nula

El planteamiento propuesto establece que en los sistemas controlados computacionalmente, por avanzados que sean sus capacidades cognitivas o informativas, es improbable que posean sensibilidad y, por lo tanto, no podrán ejercer el tipo de racionalidad empática que es un requisito previo para ser un agente moral.

La visión orgánica también argumenta que la sensibilidad y la teleología requieren formas biológicas de autoorganización y auto mantenimiento autónomo. La visión orgánica puede no ser correcta, pero al menos debe tomarse en serio en el desarrollo futuro del campo de la ética de la máquina.

Su autor propone una explicación que también proporciona condiciones previas para la cognición consciente verdadera: el requisito de un sistema perceptivo directo con procesamiento de información simbólico y sub-simbólico inherente. El procesamiento de información neuronal asociativo con representaciones de señal distribuida se introduce como un método que satisface estos requisitos.

La cognición consciente del robot también requiere integración de información e integración sensoriomotora.

El libro desmitifica tanto los enigmáticos problemas filosóficos de la conciencia como los problemas prácticos de ingeniería de los robots conscientes al presentarlos de una manera fácil de entender para el lector, motivo por el cual sería muy recomendable su lectura y análisis para comprender mejor esta fascinante esfera de la interacción humano- máquina.

La conciencia es natural, la sintiencia también, con ellas dos nacimos y convivimos los seres humanos, agentes inteligentes por derecho propio.

Imagen: Pixabay


Referencias consultadas:

https://www.worldscientific.com/worldscibooks/10.1142/8486

https://link.springer.com/article/10.1007/s00146-007-0091-8

Escrito por: Msc. irasema Rivas-González



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