Cada 11 de octubre se conmemora el Día Internacional de la Niña, este año, bajo el lema «GirlForce: Unscripted and unstoppable» (una generación de niñas sin un guion prestablecido e imparables), frase que nos hace pensar en la importancia que tiene el conocimiento, el manejo de la tecnología para ser verdaderamente imparables en un cambio de Era que nos obliga a todos por igual, a estar en constante aprendizaje y evolución.
Una gran parte de las niñas se encuentran en completa desventaja y sufren discriminación de género. En UNICEF hay cifras que muestran que solo dos tercios de los países en desarrollo han logrado la equidad de género en la educación primaria. La gran mayoría de las niñas están excluidas del sistema educativo. 62 millones de niñas en todo el mundo en la actualidad no pueden acceder a estudios y, en vista de que la educación es fundamental para el desarrollo y contribuye a la reducción de la pobreza, el círculo vicioso no se rompe.
Entre las principales causas para la no educación de las niñas es la exclusión social en muchas comunidades, situación contraria a la meta fijada en el Objetivo número 5 de la Agenda para el Desarrollo Sostenible que busca «lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas».
«Debemos defender y respetar la igualdad de derechos de las niñas, así como su voz e influencia, en nuestras familias, comunidades y naciones. Las niñas pueden ser poderosos agentes de cambio, y nada debe impedir que participen plenamente en todos los aspectos de la vida».
―António Guterres, Secretario General de la ONU
No existe igualdad en temas de educación entre niñas y niños a nivel mundial, las cifras indican que las mujeres representan dos tercios de los 758 millones de adultos analfabetos del mundo, lo cual perjudica a todas las sociedades, frena el desarrollo y menoscaba los esfuerzos de paz.
La educación es la base para el desarrollo de las comunidades y una herramienta indispensable para acabar con la pobreza.
Llegar al ideal de una generación de niñas imparables se hace más difícil en la medida que las principales barreras que les impiden desarrollarse en los distintos campos científicos no se derrumben. Entre ellas los prejuicios y estereotipos de género que dominan diversas sociedades y países, siendo un legado, retrogrado, de un patriarcado institucionalizado que no ha evolucionado con los nuevos avances tecnológicos y sociales.
Se han establecido ideas, algunas sistemáticamente, que hacen creer a las madres que sus niñas no pueden acercarse a la tecnología porque es un tema para hombres, limitando así los intereses que pudieran surgir de parte de sus pequeñas. En otras ocasiones es el mismo sistema educativo el que las aleja haciéndoles creer que no tienen las competencias y desviando sus intereses hacia otras áreas de conocimiento.
Por pequeño que sean los esfuerzos que hagamos, ya sea a titulo personal o corporativo por contribuir para que una niña se acerque al sistema educativo, o que una dentro del sistema ponga sus ojos en la tecnología como una salida laboral posible, hacemos un cambio. No olvidemos que una niña que se educa, no solo sale del circulo de la ignorancia y pobreza ella sola, con ella salen otros miembros de la familia, lo que repercute positivamente en la sociedad.
Apoyemos el acceso de las niñas a la educación y la erradicación de todas las formas de discriminación y violencia que sufren.
¿A cuántas niñas podrá ayudar a ser imparables?
Recursos consultados:
Disponible en : https://www.unicef.org/spanish/sowc2017/index_101833.html