Espontaneidad, creatividad e imaginar: tres habilidades vedadas a los robots

Hacer algo espontáneo, entretenido e inesperado es tan natural, que no le prestamos la atención, debida, enumeramos tres acciones, que proceden de cualidades humanas, que los robots aún no logran emular. Y es que, para lograrlo, deberían tener inteligencia general natural, la inteligencia qué, aún con nuestra imperfección, nos permite relacionar conocimientos, inventar, imaginar y usar, en el momento, apropiado lo que hemos aprendido y que está almacenado en algún sitio de nuestro cerebro.

Así de fantásticos somos, máquinas con una programación y recursos que no utilizamos en su totalidad, pero lo olvidamos y le atribuimos características de semidioses a los algoritmos y robots.

La inteligencia artificial ha logrado perfeccionar comportamientos siguiendo patrones, esos patrones son o fueron creados por cerebros humanos capaces de imaginar que una máquina, a través de algoritmos, sea capaz de entregar mejores resultados, más precisos que los que podemos entregar nosotros.

Esa capacidad para imaginar y proyectar una idea en el futuro, dar los pasos que se requieren, colocar cada pieza en su lugar para que pase, esa es una de las habilidades que están vedadas a los robots actualmente.

Afrontar problemas desde diversos ángulos

Si el algoritmo está programado o diseñado con unos límites precisos, es improbable que se salga de ellos, es casi imposible que sea capaz de buscar nuevas alternativas o perspectivas desde las cuales afrontar el problema.

Es más, no puede, tal como usted si lo haría, despertar a media noche con una idea que se relaciona con el problema, anotarla, volver a dormir y retomarla al día siguiente, es uno de esos comportamientos que solo un humano manifiesta. 

En tiempos de tecnología, disrupción y cambios, aunque lo quisieran sus creadores, los robots no son capaces de anticipar nuevas tendencias, comprender empáticamente las necesidades de los usuarios, actuales o futuras para proponer alguna acción que de forma inesperada solucione un problema que ni siquiera la audiencia sabe que tiene.

Imaginar, imaginar, imaginar

Otro tema común para nosotros. En cuantas ocasiones nos han dicho: imagínate que … y nuestra mente coloca esos elementos faltantes, y el interlocutor no duda que hemos podido recrear “sin elementos físicos” esa idea que el nos comunicó con palabras.

Los algoritmos no están diseñados para imaginar, para crear escenarios hipotéticos que ellos mismos puedan comprender y vivenciar .

Al ser tan espontáneos, los humanos, llevamos a cabo acciones inesperadas, inclusive para nosotros mismos, en lenguaje coloquial “nos salimos del guión” e improvisamos, haciendo uso de la experiencia y los conocimientos adquiridos previamente.

Hemos mencionado solo tres de las habilidades humanas que los robots no son capaces de emular y que nos permiten comprender porque es necesario trabajar en colaboración humano-máquina para obtener mejores resultados.

¿Qué otra cualidad o competencia mencionaría?

Desigualdad e inteligencia artificial, un llamado de atención

“La inteligencia artificial hará a los ricos más ricos y a los pobres más pobres”

― Kai-Fu Lee

¡Preocupante! Es el calificativo que merece una aseveración como la que ha hecho uno de los expertos en inteligencia artificial más grandes del mundo. 

Si los que toman las decisiones de negocios, política y economía no encuentran una solución a la desigualdad y la distribución de las riquezas, la sociedad se verá afectada en proporciones de alcance mundial porque la IA responde a quien la tenga en su control.

Al momento en que el mercado laboral mundial se encamina a integrar más soluciones inteligentes cada uno de nosotros, como sociedad, estamos a merced de cambios que nos afectarán directamente, porque querámoslo o no, la tecnología tiene implicaciones de carácter subjetivo, es decir, responde a los objetivos e intereses de quien la utilice, conlleva el buen uso de los valores de sus propulsores y usuarios.

Herramienta que resuelve problemas

Si bien es cierto, la inteligencia artificial se desarrolla para darle respuesta a problemas, lo que nadie pone en duda es el poderío que asume quien se hace del “capital intelectual” , es decir, quien contrate o pueda pagar los servicios de ingenieros, investigadores, desarrolladores y estudiosos de tecnología ostenta un poder cada vez mayor, poder que con el paso del tiempo trae como resultado potencias tecnológicas en las manos de personas que no necesariamente están pendientes del bien de la sociedad.

El ejemplo más claro lo es el Valle del Silicio, quien haya leído su historia o estado hace cincuenta años no dudaría en mencionar que era, en sus inicios una vasta zona sin utilizar que le pertenecía a la Universidad de Stanford.  Fue precisamente, Frederick Terman, profesor quien tuvo la idea de utilizar la propiedad para el desarrollo inmobiliario e intelectual, por lo que estableció un programa para incentivar a los estudiantes egresados a quedarse allí, proveyéndoles de capital riesgo. De inicio contó con William Hewlett y David Packard, quienes conformarían la empresa Hewlett-Packard y así comenzó la historia de éxito de una serie de pequeños edificios industriales alquilados a muy bajo costo a compañías técnicas y emprendimientos de egresados de la universidad.

Con datos, información y profesionales que posean el conocimiento, las compañías dominaran no solo el mercado, dominaran en el ámbito social, ya el económico lo tendrán, así que les resta el poder político y con estos tres poderes trabajando para ciertos intereses hay que prestar atención a lo que puede suceder.

La inteligencia artificial y la cadena de desigualdad

Con la absorción de tareas manuales, si la mano de obra que realizaba este trabajo no se prepara para hacer otro tipo de labores, tendremos mayor número de personas no solo desempleadas, ociosas, con un teléfono móvil en la mano y acostumbradas a que una máquina hace lo que antes tenían que realizar ellos.

Esta situación, hipotética, se transforma en un detonante de la brecha de clases, porque contrario a ellos, los hijos de los ricos, se harán de mayores conocimientos, podrán pagar por los talentos que están creando productos y servicios de IA que serán determinantes para generar más riquezas.

¿Cómo se puede mantener la neutralidad de la inteligencia artificial?

Desde hace algunos años, ciertas personas han advertido de la posible falla del panorama económico y social de la humanidad cuando se desarrollan tecnologías poderosísimas, pero a su vez, existen países y poblaciones que no tienen siquiera acceso a la red. De igual manera, existen aquellos que ven a la inteligencia artificial desde la visión de las películas de ciencia ficción y no creen que sea un tema que les atañe, solo piensan que es entretenido y que no les afectará.

Otras personas están decidas a divulgar, promover y propiciar un ambiente de conocimiento, discusión y análisis desde la óptica del bien común y los valores éticos para que esta revolución inteligente cumpla su cometido, ayudar a los humanos a vivir de la mejor manera posible, haciéndola accesible a todos.

El doctor Kai – Fu Lee ha presentado el libro (ensayo) «Superpotencias de la inteligencia artificial», libro que nos hace ver el papel clave de las dos superpotencias en IA China y Estados Unidos y cómo cada individuo debe hacerse responsable de su rol ante los cambios que se darán con la implantación masiva de soluciones de inteligencia artificial en cada aspecto de nuestras vidas.

Aprender, investigar e involucrarse son los elementos claves para hacerle frente al reto que supone la llegada de la IA al sector laboral y su consecuente cambio de paradigmas en las sociedades que hoy conocemos.  

Saque sus propias conclusiones, pero no deje para después investigar y adentrarse al estudio de la inteligencia artificial en la gestión empresarial, verá con otra óptica el futuro que se avecina.

Imagen: Pixabay

Referencias consultadas:
http://www.diarioandino.com.ar/noticias/2012/05/18/78961-la-historia-de-silicon-valley
https://www.lavanguardia.com/cultura/20200218/473646311159/la-inteligencia-artificial-crea-riqueza-y-desigualdad.html
https://www.elmundo.es/papel/lideres/2020/02/17/5e4ae1cd21efa01d5b8b45a5.html

Robot Bebé: Inteligencia artificial inesperada (Proyecto CB2)

“El juego es la forma más alta de investigación.”

― Albert Einstein

Un robot que imita el aprendizaje de un infante, ya cumple 13 años desde su lanzamiento. CB2 es un humanoide producto de una investigación. «Child-robot with Biomimetic Body», es capaz de seguir un objeto con sus ojos y aprender de la misma manera como lo hacen los niños.

A través de cámaras en sus ojos y sensores táctiles debajo de su piel el humanoide puede imitar las capacidades físicas y mentales de un niño de dos años.

Al referirse a cuerpo biomimético explican que el robot tiene 197 sensores bajo su piel de forma que puede sentir cuando recibe un golpe o lo tocan.

Es capaz de reproducir los movimientos naturales de un bebe y de pararse con asistencia de un humano. Se encuentra en el laboratorio de la Osaka University, sus padres humanos (creadores) utilizan este experimento para estudiar la cognición y el aprendizaje en robots.

Los creadores indican que lentamente el robot, puede desarrollar competencias sociales a través de la interacción con humanos viendo sus expresiones faciales e imitando la relación entre una madre y su bebé.

¿Quiénes están detrás de este proyecto?

El proyecto es del tipo Humanoide, Research, creado desde el 2006 por los científicos japoneses Minoru Asada y Hiroshi Ishiguro/el que creó un robot clon de sí mismo.

Entre los sponsors o patrocinadores de fondos de investigación están Walt Disney Imagineering, IEEE Robotics & Automation Society, Universal Robots, Mouser Electronics, Newark y Element 14

Valorando las percepciones humanas

Al entrar a la página del robot es posible dar su opinión sobre las sensaciones que genera. Se invita al usuario a evaluar a través de selección de opciones. Preguntas breves que buscan conocer la percepción de las personas. ¿Le gusta este robot? Con una puntuación de 2 a 5, en promedio obtiene 2.2 en cuanto a gusto del usuario.

Con respecto a su apariencia las personas lo han catalogado “Creepy” u horripilante, porque genera temor en ellas, no por lo estético, por todo el conjunto.

Al preguntarle a los cibernautas si desean tener uno de esos robots, la respuesta es negativa en un 78%, reafirmando la hipótesis de que en la medida que el robot se asemeja más a un humano va aumentando el desagrado que genera en las personas.

Photo: Yoshikazu Tsuno/AFP/GettyImages

Si esto es así ¿Por qué son tan populares las tiras cómicas de robots y películas de cine que abordan el tema?

Podríamos decir que se debe a que el individuo sabe que es algo lejano, no está al alcance de sus manos. Al verlo en una pantalla genera curiosidad, pero no inseguridad, porque sabemos que es una industria de entretenimiento, donde se crean personajes de ficción.

En cambio, cuando el humano promedio se enfrenta a vídeos o físicamente, a robots, que son regentados por organizaciones que se dedican a la investigación, el sentimiento cambia, porque sabemos que son reales.

“Gracias a personajes de dibujos animados tan benignos como Astro Boy, los japoneses tienen una imagen amigable hacia los robots»

― Yoshimi de Toshiba.

El proyecto CB2 nos muestra otra de las facetas de la inteligencia artificial cuando se enfrenta a la aceptación humana, donde los temas de la naturaleza intrínseca, lo ético, moral y la convivencia social tienen una influencia muy importante.

La resistencia a lo que consideramos no correcto es en suma una de las barreras con las que se encuentran las tecnologías disruptivas que apelan a la humanidad desde visiones que no son usuales.

Masahiro Mori, ex profesor de robótica en el Instituto de Tecnología de Tokio, escribió un ensayo sobre cómo imaginó las reacciones de las personas a los robots que parecían y actuaban casi humanos.

En su hipótesis planteaba que la respuesta de una persona a un robot humano cambiaría abruptamente «de la empatía a la repulsión» a medida que se acercaba a lo que reconocemos como una apariencia realista. Esta situación se le conoce como el valle misterioso, tema del que hemos escrito anteriormente.

Lo cierto es que los avances en IA nos llevaran a enfrentarnos, cada vez más, a estos robots en nuestras vidas diarias.

¿Aceptaremos robots bebés en un futuro cercano?

Imagen: Pixabay

Referencias consultadas:
http://www.kindsein.com/es/32/2/785/
https://spectrum.ieee.org/automaton/robotics/humanoids/the-uncanny-valley?utm_source=robots.ieee.org

Escrito por: Msc. Irasema Rivas-González

Técnicamente posible: éticamente inaceptable

“La ética es saber la diferencia entre lo que tienes derecho de hacer y lo que es correcto hacer.”

―Potter Stewart

La inteligencia artificial está logrando mucho de lo que considerábamos imposible para los humanos inteligentes, pero, limitados por la imperfección que rodea a la inteligencia general que todos tenemos, esa que nos permite saltar de un conocimiento a otro, almacenarlos sin tener conciencia de ellos y usarlos en el momento que sea necesario.

Se dice que el cerebro es una máquina diseñada a perfección que no utilizamos en su totalidad porque somos imperfectos y tenemos fecha de expiración.

Contrario a ello, los cerebros inteligentes artificiales (las máquinas), nacen de un origen imperfecto (humanos) y se deben a los valores éticos e intenciones de sus creadores, patrocinadores o intereses de los poderes políticos y económicos, su vida y desarrollo está condicionado por esta realidad.

Cuando observamos con detenimiento lo que pasa con las tecnologías, los adelantos médicos y militares evidentemente, encontramos un componente ético de gran riesgo: “dependen de los valores morales y éticos de las personas que tienen el conocimiento y el poder.”

Lo que tiene derecho a hacer la tecnología

Con la revisión de millones de datos en cortos períodos de tiempo y el aprendizaje de patrones la inteligencia artificial es capaz de detectar, predecir y dar con esas respuestas que durante años han buscado los científicos, a quienes su propia naturaleza les ha negado los éxitos abrumadores que ostentan los agentes artificiales.

Especializándose en campos que toman mucho tiempo de la labor de un empleado, observando detalles y patrones que el ojo humano es incapaz de discriminar, detectando y comparando en segundos rostros de bases de datos impresionantes, ganando juegos de estrategia, aprendiendo a copiar y mejorar, concluyendo sinfonías de los grandes genios de la humanidad, la inteligencia artificial no deja de sorprendernos.

¿Se estará abriendo la caja de Pandora de la tecnología?

Según expertos en interpretación de las civilizaciones antiguas «abrir una caja de Pandora» significa llevar a cabo una acción en apariencia pequeña o inofensiva, pero que puede traer consecuencias catastróficas.

Más allá de los malos augurios y predicciones apocalípticas, nos referimos a un cambio que afecta las bases de la sociedad que conocemos, tal como la conocemos. Personas acostumbradas a un modelo económico y social que ahora tienen acceso a tecnologías para las cuales no se han preparado y desconocen, sus repercusiones e impactos.

Un cambio constante y acelerado no es fácil de asimilar para las masas, porque no cuentan con las herramientas para afrontarlos (conocimiento, preparación) ¿Estará la inteligencia artificial propiciando una nueva brecha entre clases? ¿Surgirán los que la conocen y pueden hacerse de sus servicios y los que solo les resta esperar y aceptar lo que están proponiendo con sus datos?

“Todo está perdido cuando los malos sirven de ejemplo y los buenos de mofa.” ―  Demócrates

Éticamente cuestionable

Sabiéndolo o no, gran parte de lo que hacemos y de lo que expresamos está influenciado, condicionado por los principios y valores que nos inculcaron, así como por aquellos que hemos ido haciendo parte de nuestras vidas.

No es tan sencillo como decidir lo que está bien y lo que está mal, va mucho más lejos, es comprender que al vivir en una sociedad camino a la alta tecnificación, donde el acceso a tecnología ha disparado las manifestaciones de antivalores (con la venia de multitudes), haciendo de las redes sociales uno de sus canales preferidos, estamos ante una explosión contenida de “expresiones humanas” con poder tecnológico, responsabilidad grandísima.

“La conciencia es la luz de la inteligencia para distinguir el bien del mal” ―Confucio Clic para tuitear

Lo cierto es que, no todo lo que es técnicamente posible es éticamente aceptable. Permitiendo que la IA tenga acceso a nuestras conductas en el seno del hogar es, con o sin el permiso del usuario, invasión de la privacidad, que le permite a los asistentes virtuales aprender para complacernos a futuro, a las cámaras de vigilancia protegernos e identificarnos, acumulando nuestros datos.  Este gran poder en manos correctas y con la normativa adecuada es fenomenal, este gran poder de datos es una vulnerabilidad de todos cuando no hay ética ni valores que controlen las decisiones y usos que se les da.

Inteligencia artificial que respete la dignidad de la persona humana

Respetar la dignidad de los humanos es la única guía básica de conducta que prive cuando trabajamos con tecnologías tan sensitivas.

La bioética es crucial sobre todo ahora que tenemos máquinas capaces de detectar nuestras enfermedades, nuestras reacciones emocionales, nuestra manera de actuar. Sin quererlo, estamos a merced de algoritmos que nos conocen mejor de lo que creemos. Y que utilizan ese conocimiento para ofrecernos productos y servicios, sugerirnos conductas, para elegirnos para llenar una vacante, para aprobarnos un préstamo e inclusive para convencernos porque candidato votar.

Al servicio de las personas, contribuyendo a mejorar la vida en sociedad es el fin último de la tecnología. Algo que debemos recordar al evaluar las consecuencias, afectaciones y usos que le puedan dar a la inteligencia artificial los que hoy se encuentran en una carrera de investigación mundial.  

Ser precavidos, nunca está demás porque la tecnología habilita posibilidades más allá de lo que sabemos. Con ética se toma consciencia de la magnitud e impacto que tendrá en la vida de muchos, sobre todo de los menos privilegiados por temas de acceso a la información.

Si la tecnología pudiese hablarnos nos diría sin ambages que ella depende de la guía en valores de los humanos que la diseñaron y que la utilizan con sus propósitos previamente establecidos.

Desarrollando y fortaleciendo su conducta ética, así como la de sus equipos de trabajo, es más sencillo afrontar la vorágine de cambios que trae consigo la transformación digital que está dándose en el ecosistema económico mundial.

Imagen: Pixabay

Escrito por: Msc. Irasema Rivas-González

Robots que dibujan como lo haría un artista humano

“Cuando se dibuja algo, el cerebro y las manos trabajan juntos.”

―  Tadao Ando

Dibujar requiere precisión, es un arte que exige ciertas competencias en las personas capaces de hacerlo a nivel profesional.

No todos podemos dibujar y crear con facilidad.  Imagine ahora la posibilidad de que robots puedan hacer lo que le requiere talento, práctica y sensibilidad de un humano. Y no solo eso, que puedan hacer este trabajo sin errores y en menos tiempo de lo que le toma a un humano lograrlo.

Durante más de una década el artista y roboticista Patrick Tresset que trabaja desde Bruselas se dedicó a crear un sistema computacional que cumpliera con tres requerimientos, ser «artístico, expresivo y obsesivo» en su capacidad de dibujar.

El artista y científico no quería desarrollar otra fotocopiadora, deseaba que sus robots dibujantes tuviesen una «creatividad artística autónoma», capacitándolos para producir «objetos que se consideran obras de arte«, ese era su reto y lo ha logrado.

Robots Dibujantes

En un esfuerzo conjunto con investigadores y creadores de sistemas robóticos de avanzada, trabajando en estrecha colaboración con Oliver Deussen, de la Universidad de Konstanz en Alemania, y Frederic Fol Leymarie, científico informático con experiencia en visualización basada en robótica, el artista británico se dedicó a un ambicioso proyecto que ya ha dado frutos visibles (Paul y David) y no solo publicaciones en revistas científicas.

 “Dibujar es planear, organizar, ordenar, relacionar y controlar.” ― Joseph Albers Clic para tuitear

Y así, en el año 2016 aparece en la palestra pública Paul, el robot que puede dibujar como un artista humano. Paul y las pinturas derivadas de este agente artificial se han exhibido en los principales museos de arte y han sido adquiridas por galerías, museos y ferias de arte para su exhibición.

Basado en la retroalimentación proporcionada por el mundo del arte y el público amante del arte, Tresset cree que las creaciones de Paul de hecho «son consideradas como obras de arte» y está orgulloso de decirlo en sus entrevistas y conferencias.

Conociendo a Tresset

Patrick Tresset es un artista con sede en Bruselas que desarrolla instalaciones teatrales con agentes robóticos como actores.  Las instalaciones de Tresset utilizan sistemas computacionales que tienen como objetivo introducir aspectos artísticos, expresivos y obsesivos en el comportamiento de los robots.

Estos sistemas están influenciados por la investigación sobre el comportamiento humano, más específicamente cómo los humanos hacen marcas, representan a otros humanos, cómo percibimos las obras de arte y cómo nos relacionamos con los robots.

El investigador y científico también utiliza robots y sistemas computacionales autónomos para investigar los dibujos y la práctica de la pintura.

Su trabajo se ha exhibido internacionalmente en asociación con importantes museos como el Grand Palais (París), el Centro Pompidou (París), la fundación Prada (Milán), la Tate Modern (Londres), el Museo de Israel (Jerusalén), el Museo Victoria & Albert (Londres), MMCA (Seúl), BOZAR (Bruselas) y en eventos como Ars Electronica, Update_5, BIAN Originalmente pintor, Tresset es parte de una generación de artistas que salen del departamento de informática del Goldsmiths ‘College (Londres).

Áreas de investigación y estudio STEAM

Tresset tiene una maestría en computación artística, codirigió el proyecto AIkon-II, tiene un máster of Philosophy en Artes y tecnología. Ha publicado trabajos de investigación en los campos de la estética computacional, la robótica social, la investigación del dibujo y la IA.

Con esa trayectoria y currículo impresionantes, Hanson Robotics le ha llamado para propiciar que Sophia, robot más popular del mundo, pueda aprender a dibujar. Y es precisamente, lo que está haciendo en el video que presentamos a continuación.

Surge así la duda sobre las emociones y las vivencias que implican el desarrollo y creación de obras artísticas, la sintiencia requerida ¿Cómo explicamos qué robots sin sensibilidad humana puedan crear? ¿Los algoritmos son capaces de copiar patrones es esto lo que hacen al dibujar?

Imagen: Pixabay

Referencias consultadas:
http://doc.gold.ac.uk/~ma701pt/patricktresset/wp-content/uploads/2015/03/Tresset_270467.pdf
https://www.digitaltrends.com/cool-tech/robotic-artist/

Escrito por: Msc. Irasema Rivas-González

Conciencia artificial y sintiencia

“Sentir antes de comprender”

― Jean Cocteau

La conciencia se define, en términos generales, como el conocimiento que un ser tiene de sí mismo y de su entorno. También puede referirse a la moral o a la recepción normal de los estímulos del interior y el exterior por parte de un organismo. La enciclopedia en línea, Wikipedia, indica que aún existe debate sobre en qué consiste exactamente la conciencia.

¿Qué es exactamente la conciencia? Lo cierto es que los humanos tenemos eso que llamamos conciencia y que, de forma natural, a diario, se presenta en nuestras vidas en nuestras decisiones y acciones.

A diario leemos titulares que aluden a robots promoviendo la humanización de estos agentes artificiales. Encabezados que dicen que las máquinas se están volviendo más humanos. ¿Será cierto? ¿Qué nos hace humanos? ¿Qué emula la Inteligencia artificial y qué no puede emular?


¿Será posible que robots se vuelvan sensibles y por fin tengan una conciencia similar a la humana?

Para llegar a sentir en el estricto significado de la palabra tendrían que darse ciertas condiciones que por el momento no son tan sencillas aún, cuando grandes éxitos de la taquilla cinematográfica nos hayan hecho creer lo contrario.

Años de estudio en neurociencias han hecho público que percibimos nuestras sensaciones y pensamientos aparentemente como son. Es decir, sentimos como es la realidad, no como quisiéramos hacerlo. Usted siente tristeza porque así es la tristeza, alegría, etc. Ya el tema ha sido abordado y explicado de forma sencilla, inclusive, por la película animada de Pixar INTENSAMENTE, que muestra esos mecanismos , emociones y procesos internos de las emociones humanas en acción.


“Sintiencia es la capacidad de sentir, percibir o experimentar subjetivamente. Los filósofos del siglo XVIII utilizaron el concepto para distinguir la capacidad de pensar de la capacidad de sentir. En la filosofía occidental moderna, la sintiencia es la capacidad de experimentar sensaciones.” Nuevamente hicimos uso de Wikipedia para clarificar un termino poco utilizado.

El estudio de la conciencia presenta interrogantes que aún no ha sido respondidas, a pesar de la investigación e hipótesis, no se tiene un consenso. Sabemos que los pensamientos y la llamada conciencia tienen en la actividad neuronal del cerebro su eje, pero ignoramos mucho de lo que allí sucede. La actividad cerebral sigue siendo un misterio a pesar de todo lo que se ha logrado descubrir.

La conciencia y los sentimientos se establecen en un área muy delicada para las personas y las sociedades, la de sus valores y lo que llaman la moral humana, que es el conjunto de las normas que rigen la conducta de los individuos en una sociedad y determina las valoraciones que hacemos sobre los actos humanos, tanto los nuestros como los de los demás.

Investigando sobre el tema nos encontramos con la segunda edición de un libro que vale la pena reseñar y por supuesto leer, de las Series on Machine Consciousness: Volumen 2. “Consciousness and Robot Sentience”

El texto aborda la pregunta ¿De qué manera deberíamos incluir futuros robots humanoides y otros tipos de agentes artificiales en nuestro universo moral?

Considerando que la visión orgánica, que sostiene que los agentes humanoides artificiales, basados en las tecnologías computacionales actuales, no pueden considerarse agentes morales de plena sangre, ni como objetivos apropiados de interés moral intrínseco. Desde este punto de vista, los humanoides artificiales carecen de ciertas propiedades clave de los organismos biológicos, lo que les impide tener un estado moral completo.

Empatía nula

El planteamiento propuesto establece que en los sistemas controlados computacionalmente, por avanzados que sean sus capacidades cognitivas o informativas, es improbable que posean sensibilidad y, por lo tanto, no podrán ejercer el tipo de racionalidad empática que es un requisito previo para ser un agente moral.

La visión orgánica también argumenta que la sensibilidad y la teleología requieren formas biológicas de autoorganización y auto mantenimiento autónomo. La visión orgánica puede no ser correcta, pero al menos debe tomarse en serio en el desarrollo futuro del campo de la ética de la máquina.

Su autor propone una explicación que también proporciona condiciones previas para la cognición consciente verdadera: el requisito de un sistema perceptivo directo con procesamiento de información simbólico y sub-simbólico inherente. El procesamiento de información neuronal asociativo con representaciones de señal distribuida se introduce como un método que satisface estos requisitos.

La cognición consciente del robot también requiere integración de información e integración sensoriomotora.

El libro desmitifica tanto los enigmáticos problemas filosóficos de la conciencia como los problemas prácticos de ingeniería de los robots conscientes al presentarlos de una manera fácil de entender para el lector, motivo por el cual sería muy recomendable su lectura y análisis para comprender mejor esta fascinante esfera de la interacción humano- máquina.

La conciencia es natural, la sintiencia también, con ellas dos nacimos y convivimos los seres humanos, agentes inteligentes por derecho propio.

Imagen: Pixabay


Referencias consultadas:

https://www.worldscientific.com/worldscibooks/10.1142/8486

https://link.springer.com/article/10.1007/s00146-007-0091-8

Escrito por: Msc. irasema Rivas-González



De Big Data a la inteligencia artificial: transformando datos en narrativas

“Los números tienen una historia importante que contar.   Dependen de ti, para darles una voz. “- Stephen Few[1]

Sin que muchos de los que escriben profesionalmente lo sepan, ya existen sistemas de inteligencia artificial capaces de encontrar historias ocultas en los datos (alfanúmericos), redactarlas y generar contenido que genera, a su vez , conocimiento. Son sistema de IA que analizan cada detalle para encontrar temas específicos que, aunque no tienen grandes públicos, son interesantes para segmentos de lectores muy particulares.

De la gestión de grandes cantidades de datos a generar contenidos especializados con precisión es solo una de las novedosas funciones que en la actualidad se están realizando gracias al entrenamiento de algoritmos que alimentados con los datos requeridos e integrados a un programa de redacción son capaces de escribir, automáticamente, miles de artículos noticiosos e informativos en fracciones de lo que sería el tiempo promedio, lo que a los humanos nos tomaría horas.

En algunos de los casos son capaces de publicar en la red, de forma autónoma y automática lo que han redactado. ¡Imagínelo! Estos sistemas de inteligencia artificial con un software pueden “darle vueltas―coloquialmente expresado― a un texto, presentar varias opciones (escritas correctamente) del mismo contenido a partir de una cantidad ingente de datos y en poco tiempo. Algunos tienen la capacidad de corregir los errores que encuentran de forma que mejoran (aprenden a hacerlo) lo que pudiese estar incorrecto constantemente. Son lectores e investigadores incansables, que a partir de una programación son capaces de rastrear datos y narrar a partir de ellos sobre la temática que se nos ocurra.

Hace poco investigamos uno de estos programas perteneciente a la empresa Narrativa, su nombre es Gabriele, se llama como la primera máquina de escribir electrónica. Esta inteligencia artificial transforma datos en narrativas.

Los directivos de la empresa aseguran que se trata de una herramienta de acompañamiento y no de sustitución y el reto que tenemos los humanos es trabajar máquinas, acostumbrarnos a tener por compañero a un algoritmo. Todo un reto de transformación digital (verdadera) de industrias tales como la noticiosa, la editorial y la de los medios de comunicación.

Generar noticias de manera automática es la nueva dinámica que se observa en el futuro cercano. A medida que se hacen mas robustas las bases de datos que provienen de las interacciones que se generan a través de los dispositivos móviles y en la red, se prevee que la inteligencia artificial utilizará esos datos para generar nuevos productos, transformando esos datos en textos de calidad creado por agentes artificiales capaces de pasar la prueba de Turing.  

Toda esta gestión hombre-máquina, las responsabilidades, los derechos de autoría, los créditos, las implicaciones de la publicación de noticias y del uso de la información requieren una legislación y un marco ético que funcione en la sociedad actual y en la que estamos creando a futuro.

La narrativa es poderosísima y cuando se genera automáticamente conlleva investigación y curiosidad, según se ha informado la DARPA, aquella agencia de tecnología militar de Estados Unidos que fue co-responsable en la invención de Internet, se ha interesado en comprender y cuantificar los procesos de las narrativas, es un tema que implica más que literatura, se maneja en los niveles conductuales, donde el dominio y el modelado de lenguaje es sumamente importante.

Analizar grandes cantidades de datos e identificar situaciones, problemas relevantes y comunicarlos en lenguaje natural de fácil comprensión para los humanos, ya es cosa de máquinas.  ¿Cuidamos el lenguaje y la narración lo suficiente para no ser desplazados a futuro? La humanidad, esa naturaleza que aún no emulan las máquinas es la apuesta ganadora en un mundo tecnificado y en vías de integrar en la mayor parte de los procesos recurrentes la inteligencia artificial. No espere a que su historia inicie con un : Había una vez…

Bibliografía Consultada:
https://www.efe.com/efe/espana/sociedad/d-llorente-narrativa-la-inteligencia-artificial-no-nace-para-sustituirnos/10004-4032295

https://www.fundeu.es/blog/con-cuantas-personas-hablamos-cada-dia-y-con-cuantas-maquinas/ https://www.stephen-few.com/


[1] Stephen Few tiene más de 20 años de experiencia como innovador, consultor y educador en los campos de inteligencia empresarial (también conocido como almacenamiento de datos y soporte de decisiones) y diseño de información. A través de su empresa, Perceptual Edge, se enfoca en el análisis efectivo y la presentación de información comercial cuantitativa. Stephen es reconocido como un líder mundial en el campo de la visualización de datos. Enseña regularmente en conferencias como las presentadas por The Data Warehousing Institute (TDWI) y DCI, y también en el programa de MBA en la Haas School of Business en U. C. Berkeley. También es autor del libro «Show Me the Numbers: Designing Tables and Graphs to Enlighten» (Analytics Press).

Servir los tragos ya es cosa de la inteligencia artificial

«Funciona con inteligencia artificial. Escanea tu cara, detecta tus emociones; si estás feliz o relajado y hace un trago a tu medida […]” ― Demostradora de Huawei Connect 2019

“Se procesa en la «nube» y también usa «Blockchain», permitiendo saber qué botellas se usan y de dónde vienen para que todo sea más transparente”. Leyó bien, una máquina autónoma que utiliza inteligencia artificial fue la encargada de preparar los tragos durante la convención del 2019 de la multinacional china.

Servir el trago no tendría nada de novedoso―ya que en Las Vegas y en Japón es una realidad en algunos centros de entretenimiento y una línea de cruceros utiliza un brazo robótico en el bar de sus embarcaciones―, pero hace algo más: utiliza el reconocimiento facial para definir su estado de ánimo y con esas variables un algoritmo relaciona los datos (que determinan el estado de ánimo/ el escaneo facial permite a la máquina establecer el estado de ánimo, el que se muestra a través de colores del aura.), luego elige y prepara un trago (bebida alcohólica) que se determina de acuerdo al resultado (del test de estado de ánimo). Con los datos, la dispensadora robótica da inicio a la preparación, elige el licor y el mezclador, hielo, llena con las cantidades adecuadas el vaso y en un minuto el cóctel está listo. Usted recibe un trago, preparado a su medida, según su estado anímico y le aseguran que le vendrá bien. La novedad hace que las personas, curiosas deseen probar, vivir la experiencia.

¿Perdemos la capacidad de elegir? ¿Nos complacen antes de desear algo? ¿Nos vigilan y predicen tan bien que ya no tenemos forma de engañar a las máquinas?

La inteligencia artificial de este novedoso sistema de despacho de bebidas combina avances tecnológicos que nos interesan: Big Data, reconocimiento facial, reconocimiento de patrones, aprendizaje automático para la personalización del producto final, buscan con el ―cliente como centro― que el humano obtenga una bebida predeterminada para su nivel emocional.

¿Qué sucederá cuando la persona esté demasiado bebida y pida más tragos? En ciertos casos cuando los amigos de la persona que ha bebido demasiado le piden al “bartender” que deje de servirle tragos, es un mecanismo útil para disuadir al tomador.

¿Sabe la máquina cuando dejar de despachar tragos? Evidentemente este tipo de desarrollos deben o deberían trabajar en equipo con humanos y requieren ética para determinar sus usos, un manejo filosófico de las situaciones que podrían surgir de su uso, se hace necesario en TODO lo que se desarrolle con inteligencia artificial en el contexto social.

El brazo robótico es un prototipo hecho por Huawei para dispensar comida, su rutina está basada en ciertas variables. El mismo sistema que ya está patentado y se utiliza en la industria química para mezclar componentes o dosis de muestras específicas, ahora se perfila para abrirse paso en el mundo del entretenimiento de adultos, a través de lo que llaman robótica asistida para entretenimiento. Los expertos de Crystal Research predicen que para el 2025 la robótica dirigida a la industria turística y recreativa crecerá impactando a restaurantes y bares.

En Las Vegas existe un bar Tipsy Robot, bautizado como el primer bar robótico del mundo, ubicado en el corazón de la ciudad, en este local dos brazos robóticos son los encargados de preparar y mezclar los cocteles, lo que atrae a muchos turistas.

En Tokio, Japón existe un restaurante que ofrece una experiencia con robots y presenta un show de 90 minutos con humanos y máquinas, lleno de efectos especiales.

En la industria del entretenimiento la Inteligencia Artificial se utiliza como un atractivo para que las personas consuman más y agilizar procesos de atención a clientes, pero su capacidad de resolver y facilitar procesos es aún mayor.

“Mientras las universidades logran robots que se parecen cada vez más a los seres humanos, no sólo por su inteligencia probada sino ahora también por sus habilidades de expresar y recibir emociones, los hábitos consumistas nos están haciendo cada vez más similares a los robots.”

― Jorge Majfud

Otra opción de bebida que ya se sirve con «cobots» es el café. Mediante una alianza estrategia un emprendedor ha desarrollado un negocio que utiliza inteligencia artificial para servir sus productos. Y según sus clientes frecuentes es la bebida es de calidad y buen sabor, que se acompaña por un excelente servicio al cliente.

El consumo responsable y bien pensado de los productos es una consideración básica al hacer nuestras decisiones de compra.  Ya sea que estemos a favor o en contra de las aplicaciones que se dan a la Inteligencia Artificial, lo cierto es que, a medida que pasa el tiempo lo que antes era “novedoso” en temas de robótica o de alguna aplicación de IA se va haciendo normal. Pero, no podemos aceptarlo sin conocer de qué se trata, que implica para nuestras vidas. Lo importante sería que pudiésemos comprender que implicaciones conlleva y ver en cada posible uso de estos avances, las ventajas y desventajas e igualmente, hacer las respectivas consideraciones en cuanto al uso de los datos de las personas. ¿Estará en juego su privacidad al aceptar un producto o servicio que usa Inteligencia Artificial? ¿Quién está administrando los datos tras el reconocimiento facial que usted acepta? ¿Cómo utilizarán sus datos biométricos capturados a cambio de un trago?

Sin dudas hay una industria emergente que gira alrededor de la IA que no deja de sorprendernos con todo lo que involucra y lo que puede lograr en el corto y mediano plazo. Tal como siempre repetimos dependerá del humano, de sus valores, de la ética corporativa, de los objetivos e intenciones de uso y de las legislaciones todo lo que pueda desarrollarse a largo plazo.

Referencias Consultadas:
https://www.huawei.com/en/press-events/events/huaweiconnect2019
https://consumer.huawei.com/mx/campaign/ai-for-good/
https://www.1nprotelecom.com/noticias/la-inteligencia-artificial-prepara-el-trago-ideal-para-tu-estado-de-animo/

Imagen : Pixabay

Escrito por: Msc. Irasema Rivas-González

Dilemas éticos de la Inteligencia Artificial

No existe coraje sin dilema ni carácter que no esté forjado por las elecciones más aún que por las victorias. «― Muriel Barbery

Con la presencia de la Inteligencia Artificial en diversas áreas del quehacer humano todos nos enfrentaremos a dilemas éticos. Y es que en la vida todo humano tiene y tendrá que hacer frente a dilemas éticos.  ¿Qué aceptamos y qué no aceptamos? ¿Qué nos impide aceptar algunas situaciones y otras no? Son preguntas a las que indudablemente nos enfrentaremos con la IA muy pronto.

Pese a que existen valores universales y derechos humanos universalmente conocidos, lo que se acepta en algunas sociedades en otras no es bien visto. Lo que acepta usted tal vez, sea inapropiado para otros. Dependiendo de la situación, de nuestro sistema de valores y creencias, conocimientos, del entorno socio-cultural y de otros factores, respondemos a esas dicotomías que nos hacen cuestionarnos.  

Los dilemas éticos que se enmarcan en cuestiones tecnológicas no son estáticos, van cambiando en la medida en que las ciencias, investigaciones y las sociedades avanzan, rompen paradigmas y se acogen a nuevos. Es un tema amplio que da para estudiar y seguir investigando, aunque lo cierto es que, al enfrentarse a una cuestión ética posiblemente la mayor limitante que tengamos sea el tiempo, hemos de decidir en un espacio limitado de tiempo y probablemente la decisión que tomemos hoy, sea muy distinta a la que tomaríamos en un futuro, con mayor criterio y con otro marco circunstancial.

Comprendiendo los dilemas éticos

Son considerados dilemas éticos o paradojas éticas esos problemas de toma de decisiones entre dos imperativos ético-morales posibles, ninguno de los cuales es inequívocamente aceptable o preferible. La complejidad surge del conflicto situacional en el que obrar de acuerdo a uno podría resultar en transgredir al otro.[1]

En situaciones particulares algunas «paradojas éticas» en la filosofía moral (la rama que estudia la conducta humana desde lo correcto o lo incorrecto, lo bueno y malo, lo moral y amoral), se pueden invocar dilemas éticos para refutar un sistema ético o un código moral, o para mejorarlo y resolver la paradoja.

La tecnología y sus usos, desde su aparición, llevan consigo dilemas éticos porque se relaciona en el espectro con el conjunto organizado de reglas, valores, deberes y normas que regulan la coexistencia entre los hombres, con la moral, que determina la forma en que los hombres se relacionan entre sí. Estos valores y normas (morales) se aceptarán como correctos o adecuados, según el momento histórico y grupo social en que se viva.

El utilizar o aplicar las nuevas tecnologías disruptivas trae implícito enfrentarse a dilemas éticos porque afectan de forma directa temas tan sensibles como: el derecho al trabajo, la existencia de otras inteligencias, el uso de la tecnología en temas sensitivos moralmente, el uso de los datos de las personas, relación  vigilancia sin consentimiento expreso, reconocimiento biométrico sin autorización, uso de tecnologías para control y castigo a la población, privacidad en temas médicos, convivencia hombre-máquina, derechos humanos, regulaciones de las tecnologías, responsabilidades sobre tecnologías autónomas, derechos de propiedad, biotecnología, derecho a la vida, derecho a Internet y otros.

¿Necesitamos ética para la Inteligencia Artificial?

La ética o la filosofía moral es una guía para los humanos, nos permite tomar decisiones, discernir entre lo que es correcto y lo que no lo es desde el punto de vista ético. Con esa guía podemos afrontar los dilemas éticos.  Se rige por valores en el contexto de la ley natural que rige lo que es conveniente para los seres humanos según el momento histórico en que viva la sociedad.

En este momento histórico de robots, de inteligencias artificiales, de programas y datos por doquier es ineludible cuestionar la ética aplicada desde que se concibe la idea hasta que nace una solución o un producto digital. Es necesario preguntarnos si quienes están desarrollando han sido preparados suficientemente en temas éticos, en Bioética, Roboética, son empáticos, pero aún más es prioridad de cada usuario conocer sus derechos, sus deberes, poseer los conocimientos necesarios para decantarse por una opción en caso de enfrentarse a dilemas éticos.

Lo cierto es que, a parte del gran ruido en medios y redes con las frases de moda “Transformación Digital” e Inteligencia Artificial, si la persona no está relacionada con la investigación o el campo tecnológico poco conocen sobre los dilemas que presenta decidir que hacer frente a un auto que se conduce solo y atropella a una persona, qué hacer cuando lo vigilan sin su consentimiento, ser capaz de entender que su huella digital en la red también puede ser elemento violatorio de la privacidad de otros, conocer que a pesar de generar simpatías los agentes artificiales―robots sociales/humanoides―no son capaces de hacerlo de la misma manera. ¿Qué haremos cuando se nos pida insertar cables al cerebro para modificarnos, mejorarnos con soluciones de Inteligencia Artificial? ¿Está mal poner barreras a la investigación científica por valores éticos?  

“En la naturaleza humana subyace al mismo tiempo la voluntad de conciliar los contrarios y encaminarnos a lo que algunos llaman armonía.”[2]

Ela Urriola

Humanos en contradicción

“Los seres humanos están marcados por la contradicción, por esa capacidad de construir o destruir, de crear o creer, de ser actores o espectadores de sus días. Son capaces de reconocerse o de anularse en un instante, no solo físicamente, pues la negación de su propia naturaleza posee artilugios para colocarse en las situaciones cotidianas logrando, como agujeros negros, absorber su esperanza y su humanidad.” Las palabras de la Doctora en Filosofía Sistemática e Investigadora de la Universidad de Panamá Ela Urriola, nos brindan un panorama real del humano, ahora imaginemos a ese humano con tecnología que le supera y con la que puede dominar o lograr imponer sus criterios e ideas colonizando intelectualmente a otros humanos. Realmente, la relación hombre- máquina merece un tratamiento ético transparente y libre de las influencias del poder político, económico y social, todo un reto para esta sociedad.

La Revista Telos indica que “El mundo científico, con el decidido apoyo del mundo jurídico, tiene que hacerse más cercano al ciudadano y promover una divulgación mediática más constante y más comprometida sobre los efectos de sus investigaciones y descubrimientos.”[3]

Los dilemas éticos estarán con nosotros a medida que la Inteligencia Artificial avanza y se integra a nuestra cotidianeidad, corresponde a cada persona hacerse de herramientas en forma de conocimiento para afrontarlos y superar el reto que supone tomar las decisiones frente a ella.

Referencias Consultadas:
https://www.bbvaopenmind.com/articulos/el-futuro-de-la-ia-hacia-inteligencias-artificiales-realmente-inteligentes/


[1] Dispnble en: Wikipedia

[2] Revista Ellas, noviembre 2014.

[3] Disponible en: https://telos.fundaciontelefonica.com/telos-109-cuaderno-central-tecnoetica-dilemas-eticos-y-juridicos-de-la-nueva-era/

Escrito por: Msc. Irasema Rivas-González

Inteligencia Artificial: en buenas manos, un complemento al trabajo humano

“Nadie lo expresa de esta manera, pero creo que la inteligencia artificial es casi una disciplina de humanidades. Es en realidad un intento de entender la inteligencia y la razón humanas.”– Sebastian Thrun

Concebir la tecnología como una herramienta, no como un fin en sí mismo es lo ideal. Utilizada de manera responsable y coherente la Inteligencia Artificial tiene el potencial de mejorar procesos rutinarios que implican repetición, encontrar patrones y revisar cantidades de datos con exactitud, pero es incapaz de hacer y comprender todo lo que un humano realiza de forma natural e intuitiva aun cuando somos imperfectos.

Cabe destacar que con la popularización del término IA se promueven comentarios infundados, muchas veces basados en las películas de ciencia ficción, alejando al ciudadano común del conocimiento, de la información certera requerida para que pueda comprender lo que involucra hacer uso de estas tecnologías y lo que puede suceder en su lugar de trabajo con su llegada.

El temor a ser reemplazados por máquinas se ha difundido apoyado en comentarios sacados de contexto u observando solo una posición frente al tema. Ciertamente, el desplazamiento es una consecuencia de la automatización. Es una amenaza latente que no se explica correctamente. Siendo un asunto de interés público, es necesario que exista mayor debate, más información adecuada y se consideren las posiciones a favor y en contra.  Es urgente que todos nos involucremos y dejemos de ser espectadores que repetimos: «las máquinas nos quitaran el empleo», sin investigar cómo nos afecta.

“El sentido común es requisito fundamental para alcanzar una Inteligencia Artificial similar a la humana en cuanto a generalidad y profundidad.” Clic para tuitear
Desplazamiento laboral

Conformarnos con repetir y asustarnos porque las máquinas harán nuestro trabajo sería similar a cerrarse al cambio sin preguntar por qué se está cambiando. ¿Habrá pérdida de empleos? Es cierto, habrá desplazamiento laboral cómo ha sucedido con las grandes revoluciones que anteceden a la que estamos experimentando con la tecnología.

Por lo general, no aceptamos los cambios sin poner resistencia, es parte de la naturaleza humana. De igual manera, utilizamos nuestra capacidad de análisis y juicio para tomar decisiones, pero antes debemos comprender a cabalidad el contexto.

Expertos en tecnologías disruptivas y futuristas tienen posiciones encontradas sobre el futuro de la Inteligencia Artificial. Algunos miran con cuidado lo que supondría tener máquinas haciendo todo el trabajo rutinario y de alta precisión, otros son más optimistas explicando que si las máquinas se encargan de estos trabajos podremos desarrollarnos en campos como la investigación, la creatividad, la invención y tendremos más tiempo para equilibrar trabajo y vida

“En lugar de intentar imitar aquello en lo que somos buenos, pienso que es mucho más fascinante investigar aquello en lo que nos desempeñamos pobremente, es insensato usar máquinas para imitar a los seres humanos, en tanto que las máquinas son realmente buenas siendo máquinas, y esto es algo en lo que los seres humanos somos malos. “

– Edger Dijkstra.

Ramón López de Mántaras, Doctor experto del Instituto de Investigación en Inteligencia Artificial (IIIA), Bellaterra, España, escribió un artículo titulado “El futuro de la IA: hacia inteligencias artificiales realmente inteligentes” del que tomamos este fragmento:
“Posiblemente la lección más importante que hemos aprendido a lo largo de los sesenta años de existencia de la IA es que lo que parecía más difícil (diagnosticar enfermedades, jugar al ajedrez y al Go al más alto nivel) ha resultado ser relativamente fácil y lo que parecía más fácil ha resultado ser lo más difícil. La explicación a esta aparente contradicción hay que buscarla en la dificultad de dotar a las máquinas de conocimientos de sentido común. Sin estos conocimientos no es posible una comprensión profunda del lenguaje ni una interpretación profunda de lo que capta un sistema de percepción visual, entre otras limitaciones. De hecho, el sentido común es requisito fundamental para alcanzar una IA similar a la humana en cuanto a generalidad y profundidad. Los conocimientos de sentido común son fruto de nuestras vivencias y experiencias. Algunos ejemplos son: «el agua siempre fluye de arriba hacia abajo», «para arrastrar un objeto atado a una cuerda hay que tirar de la cuerda, no empujarla», «un vaso se puede guardar dentro de un armario, pero no podemos guardar un armario dentro de un vaso», etcétera. Hay millones de conocimientos de sentido común que las personas manejamos fácilmente y que nos permiten entender el mundo en el que vivimos. “

“La Inteligencia Artificial tiene la competencia, pero sin comprensión.”

― Ramón López de Mántaras

A la luz de esa búsqueda del sentido común en agentes artificiales sería aventurado decir que la Inteligencia Artificial está al borde de reemplazar en su totalidad al trabajador, pero no podemos esperar a ver qué sucede sin tomar nuestras acciones individuales respectivas., entre ellas capacitarnos y aprender sobre IA.

Grandes Revoluciones, cambios en el trabajo

Los líderes de empresas tecnológicas que han visto el cambio que supone la Era del Conocimiento que afrontamos siguen abogando por la vuelta de la tecnología al humanismo y la inclusión en la discusión sobre el futuro de la Inteligencia Artificial a pensadores, historiadores, filósofos, abogados, humanistas, entre otros. Y esto es sumamente importante porque toda revolución afecta las bases de la sociedad, la educación, el trabajo y la convivencia.

“El futuro es transdisciplinar (Polímata), hay que combinar lo técnico con lo humanístico para afrontar nuevos escenarios producto de la disrupción tecnológica.” Clic para tuitear

En ocasiones escuchamos que la historia no sirve mucho a los tecnólogos, nada más alejado de la verdad. Con tan solo comprender qué sucesos marcaron un cambio y cómo se transforman los modos de vida humano con el pasar del tiempo y los acontecimientos relevantes, tenemos una brújula para orientar proyectos de tecnología disruptiva que afectan el entorno social.

Por ejemplo, durante la Revolución Neolítica (VIII milenio a.C.), cuando se transformaron los modos de vida humanos, porque las poblaciones dejaron de ser nómadas para hacerse sedentarias, pasando de una economía depredadora (caza, pesca y recolección) a una economía productora de alimentos (agricultura y ganadería/domesticación de animales) que dan lugar a los primeros núcleos poblaciones urbanos e inventos primitivos (Innovación/métodos de producción manuales) para gestionar ese nuevo modo de vida.

Con la Revolución Industrial del siglo XIX se da la transición hacia la mecanización de los métodos de producción de manuales, caracterizada por un mejor uso de la energía de vapor y el desarrollo de maquinaria pesada y el surgimiento del sistema de fábrica, muchas innovaciones significativas, transformación social, se dice que mejoraron el nivel de vida de las personas con muchas oportunidades de trabajo en las fábricas, trayendo también sus consecuencias adversas.

Las revoluciones traen consigo un componente de desplazamiento, de cambio en un área muy sensitiva el trabajo. El cambio tecnológico no exime a ninguna persona, por más capacitada que se encuentre, todas somos susceptibles a sus efectos.

Propósito de la tecnología y tecnología con propósito

Detrás de todo desarrollo de Inteligencia Artificial hay personas que dotaran a ese ente artificial de las entradas, procesos y salidas que todo algoritmo requiere para funcionar. Los datos, las motivaciones, las intenciones, los valores, los objetivos son susceptibles del pensamiento humano que está creando. No hay forma de evitarlo, las humanidades digitales, lo moral y el valor, junto a legislaciones adecuadas son determinantes para lograr que el propósito de la tecnología, que es mejorar las condiciones de vida de los humanos, se cumpla.

Referencias Consultadas:
https://www.bbvaopenmind.com/articulos/el-futuro-de-la-ia-hacia-inteligencias-artificiales-realmente-inteligentes/
https://www.abc.es/ciencia/abci-olvido-catastrofico-perdicion-inteligencia-artificial-201905281851_noticia.html
https://www.preceden.com/timelines/63283-revoluciones-en-el-mundo

Sobre Ramón López de Mantaras: Profesor investigador del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y director del Instituto de Investigación de inteligencia artificial (IIIA). Máster en Ingeniería Informática por la Universidad de California Berkeley, doctor en Física (Control Automático) por la Universidad de Toulouse y en Ingeniería Informática por la Universidad Politécnica de Barcelona. Es pionero de la inteligencia artificial (IA) en España. Autor de casi 300 artículos. Conferenciante plenario en numerosos congresos internacionales. Exeditor jefe de la revista Artificial Intelligence Communications, es miembro del consejo editorial de varias publicaciones internacionales de prestigio.

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