Hacer algo espontáneo, entretenido e inesperado es tan natural, que no le prestamos la atención, debida, enumeramos tres acciones, que proceden de cualidades humanas, que los robots aún no logran emular. Y es que, para lograrlo, deberían tener inteligencia general natural, la inteligencia qué, aún con nuestra imperfección, nos permite relacionar conocimientos, inventar, imaginar y usar, en el momento, apropiado lo que hemos aprendido y que está almacenado en algún sitio de nuestro cerebro.
Así de fantásticos somos, máquinas con una programación y recursos que no utilizamos en su totalidad, pero lo olvidamos y le atribuimos características de semidioses a los algoritmos y robots.
La inteligencia artificial ha logrado perfeccionar comportamientos siguiendo patrones, esos patrones son o fueron creados por cerebros humanos capaces de imaginar que una máquina, a través de algoritmos, sea capaz de entregar mejores resultados, más precisos que los que podemos entregar nosotros.
Esa capacidad para imaginar y proyectar una idea en el futuro, dar los pasos que se requieren, colocar cada pieza en su lugar para que pase, esa es una de las habilidades que están vedadas a los robots actualmente.
Afrontar problemas desde diversos ángulos
Si el algoritmo está programado o diseñado con unos límites precisos, es improbable que se salga de ellos, es casi imposible que sea capaz de buscar nuevas alternativas o perspectivas desde las cuales afrontar el problema.
Es más, no puede, tal como usted si lo haría, despertar a media noche con una idea que se relaciona con el problema, anotarla, volver a dormir y retomarla al día siguiente, es uno de esos comportamientos que solo un humano manifiesta.
En tiempos de tecnología, disrupción y cambios, aunque lo quisieran sus creadores, los robots no son capaces de anticipar nuevas tendencias, comprender empáticamente las necesidades de los usuarios, actuales o futuras para proponer alguna acción que de forma inesperada solucione un problema que ni siquiera la audiencia sabe que tiene.
Imaginar, imaginar, imaginar
Otro tema común para nosotros. En cuantas ocasiones nos han dicho: imagínate que … y nuestra mente coloca esos elementos faltantes, y el interlocutor no duda que hemos podido recrear “sin elementos físicos” esa idea que el nos comunicó con palabras.
Los algoritmos no están diseñados para imaginar, para crear escenarios hipotéticos que ellos mismos puedan comprender y vivenciar .
Al ser tan espontáneos, los humanos, llevamos a cabo acciones inesperadas, inclusive para nosotros mismos, en lenguaje coloquial “nos salimos del guión” e improvisamos, haciendo uso de la experiencia y los conocimientos adquiridos previamente.
Hemos mencionado solo tres de las habilidades humanas que los robots no son capaces de emular y que nos permiten comprender porque es necesario trabajar en colaboración humano-máquina para obtener mejores resultados.