Una de las mayores respuestas a la globalización consiste en construir y reconstruir la sociedad del saber y de la cultura ― Ulrich Bech
Las últimas semanas han mostrado que la tecnología digital es un tema de importancia para el mundo. Se observan intereses polarizados con respecto a telecomunicaciones, la red 5G, el acceso a aplicaciones, la tecnología desarrollada para la comunicación móvil, los datos, los aportes y usos dados a los avances tecnológicos por parte de las naciones.
Al derribar las barreras físicas existentes entre naciones, Internet se erige como un actor importante en materia de conocimiento y poder, se hace necesario tender puentes entre esos países que tienen intereses en conflicto. Y es justamente para eso, que trabaja la diplomacia.
Como consecuencia de la transformación digital la diplomacia se enfrenta a nuevos retos que resultan de evolución de las telecomunicaciones y comunicaciones en el mundo. Los protocolos y acuerdos que tomaban meses para ser implementados hoy se aceleran por la inmediatez y celeridad con la que se mueve la información en el ecosistema virtual.
Frente a cada estado con representación mundial acreditada se abren nuevos horizontes, hay instrumentos y funciones tecnológicas que propician la entrada de nuevos actores en el campo de la diplomacia. Dejamos de ver al profesional de saco y corbata que representa a su país de forma protocolar para encontrarnos con figuras que mantienen gran dinamismo en redes sociales, haciendo uso de las ventajas de lo virtual para promover la tecnología y ciencia que se desarrollan dentro de sus fronteras.
Las tecnologías forman parte de las herramientas y medios para la gestión diplomática, pero es necesario adaptarlas a las realidades y estructuras existentes en el marco de la diplomacia.
¿Qué influencia tiene la diplomacia en el campo tecnológico? ¿Cómo acompañan las misiones diplomáticas a las multinacionales de tecnología en su trayecto de internacionalización y expansión comercial? ¿Los ingenieros y expertos digitales requieren de diplomáticos y viceversa? ¿Cómo se cuidan los intereses de los países en el entorno digital?
Las preguntas que formulamos nos ponen en contexto de la relación poco conocida entre la tecnología, las ciencias y la diplomacia del siglo XXI.
El concepto y su transversalidad
La diplomacia ha sido definida por conocedores en distintas épocas y escenarios, dejando ver que su naturaleza no es estática, se adapta los tiempos y al acontecer mundial. Una definición que nos hace pensar en la relación existente y futura dice:
Diplomacia tradicional y tecno diplomacia
En su sentido más estricto y practico la diplomacia es el arte de la representación, la negociación, la protección y la promoción de los intereses de un Estado ante terceros. Los intereses de la Era del Conocimiento giran en torno al conocimiento, a los datos y a las transformaciones que en materia de digitalización logren llevar a cabo las sociedades.
Durante la semana del 27 al 30 de mayo de 2019, se lleva a cabo en Panamá el “Primer Foro Iberoamericano de Diplomacia Cultural de las Ciudades y Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible”, reunión que aglutina a expertos en diplomacia y gestión cultural en el marco de esos Objetivos de Desarrollo Sostenible cuyo pacto, el sector empresarial ha suscrito. En ese acuerdo mundial por los ODS la diplomacia junto a la tecnología juega un rol fundamental para lograr las metas propuestas.
Los escenarios mundiales e intereses nacionales se hacen del arte de la mediación y la representación diplomática para entablar conversaciones de alto nivel, conversaciones que incluyen los avances tecnológicos y la imagen de marca país que genera reputación permitiendo que se ofrezcan en intercambien bienes y productos de todo tipo, entre ellos avances tecnológicos y productos digitales de toda naturaleza.
Dada la dinámica compleja que se da en materia de ciencia y tecnología, los estados integran nuevas propuestas para promoverse desde la visión de la I &D/C&T (Investigación y desarrollo/Ciencia y tecnología) utilizando para ello, tanto medios tradicionales como digitales que ayudan a ampliar el marco de la diplomacia convencional.
Los países se interesan por desarrollar estrategias de diplomacia tecnológica y digital que les permita establecer el plan de acción para relacionarse desde las ciencias y la innovación con el mundo. Clic para tuitearLo que está sucediendo
Las naciones con una oferta tecnológica bien organizada gestionan proyectos e implementan estrategias para tener presencia en la conversación mundial acerca de tecnología. Un ejemplo claro de esto, proviene del gobierno danés que hizo pública (a través de una estrategia de diplomacia y comunicaciones) su proyecto de ser el primer país con una Embajada Tecnológica, convencidos de que estaban estableciendo un camino que seguirían otros estados.
Entre las declaraciones más citadas al respecto tenemos: “En el futuro, nuestras relaciones con Google serán tan importantes como las que mantengamos con Grecia“- Anders Samuelsen, Canciller Danés.
En otra ocasión ha manifestado que: «Es importante establecer relaciones con actores tecnológicos como Google, Facebook, Apple y Alibaba, con startups y con epicentros como Silicon Valley, Shenzhen y otros lugares», para ello, el embajador tecnológico se encarga de «asegurar el diálogo y la cooperación con actores internacionales importantes en el sector digital.»
Declaraciones de este nivel hacen pensar en el poder de las llamadas “empresas estados” corporaciones tecnológicas que tienen un peso económico comparable al de muchos estados y cuya valoración de mercado supera el PIB de países nada pequeños.
Es menester recordar que la diplomacia digital actúa en espacios virtuales sin fronteras, que son inmediatos y gratuitos, que a su vez son el terreno común de compañías privadas con intereses geopolíticos en el marco de la economía digital.
Toda diplomacia digital efectiva incluye una estrategia de comunicación con objetivos medibles y bien definidos, así como tácticas que incluyen un mensaje e imagen digital cónsono con la estrategia del estado. El asunto no se queda en la práctica, ha llegado a las aulas virtuales y físicas, en las que actualmente se ofrecen especializaciones en Diplomacia Científico Tecnológica.
La tecnología digital se encuentra en todas partes y cada día tiene nuevas maneras de facilitar la vida de las personas, por lo que comprender el papel de la diplomacia tecnológica digital nos permite ampliar nuestra visión del mercado mundial en el que estamos compitiendo.
Referencias Consultadas
https://elordenmundial.com/el-desarrollo-de-la-diplomacia/
https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/5834789.pdf
http://www.altec2013.org/programme_pdf/1147.pdf
https://elordenmundial.com/el-desarrollo-de-la-diplomacia/
Imagen: Pixabay
Sobre la autora:
Msc. Irasema Rivas-González